La casita Orquídea la descubrí en la web en una página americana, me quedé prendada de ella y no paré hasta encontrar quien hiciera envíos transatlánticos; fue un auténtico reto, quien conozca estas estructuras sabrá que son paneles troquelados, de una madera muy fina que se astilla al lijarla; mi intención era venderla, pero conforme avanzaba en la costrucción me enamoraba más de ella, así que me limité a presentarla en el concurso internacional de modelismo y maquetas que se celebra en Fuengirola todos los años en primavera, con ella gané el primer premio en la categoría miscelánea.